martes, 26 de marzo de 2019

EL RECHAZO A LOS PRESUPUESTOS, UN CASTIGO A LA JUVENTUD


La mayoría de la sociedad sabe que los presupuestos, que han sido rechazados, eran buenos para el país, y no ha sido precisamente su contenido, el motivo del voto en contra de la mayoría de los partidos que lo han hecho. Los presupuestos tenían un gran carácter social, dando prioridad a los colectivos más desfavorecidos, y apostando por una justa distribución de la riqueza. Pero si hay un colectivo que ha salido perjudicado en este rechazo, por encima de los demás, ha sido sin duda el de los jóvenes, bien es verdad que algunas de las medidas ya aprobadas y que se podrán aplicar, beneficiarán mayoritariamente a la juventud, como es la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900€.
Uno de los problemas más importantes en España es la dificultad de emanciparse por el encarecimiento de la vivienda, y en este presupuesto se incorporaba una dotación de 137 millones para un parque público de alquiler de 20.000 viviendas, a precios asequibles.
            Eran muchas las partidas destinadas a mejorar la inserción laboral de la juventud, concretamente, durante el presente año estaban presupuestados 670 millones de euros para el Plan de choche por el empleo joven, un plan que en el período 2019 – 2021 tendría una dotación presupuestaria de 2.000 millones de euros, sin duda necesario para reducir el desempleo juvenil.
            Otra medida importante era la dotación de las becas, incrementado en un 10% el presupuesto, con respecto al año anterior, hasta los 1620 millones de euros. Además se habilitaba a las comunidades autónomas para reducir las tasas universitarias.
            Pero además estas medidas concretas, claramente destinadas a los jóvenes, el presupuesto planteaba como objetivo, ir avanzando hacia el cambio de modelo productivo, para ello el presupuesto en educación,  investigación e innovación estaba dotado de incremento muy importante, y lógicamente un peso significativo, en estas partidas, lo tendrían los nuevos científicos y sobre todo las jóvenes científicas, que deben ser las verdaderas protagonistas de este cambio. 
            También en política deportiva este presupuesto hacía un esfuerzo significativo, con una partida de 204 millones de euros, la mayor de la historia.
            Estábamos ante un presupuesto muy social, pero especialmente encaminado al desarrollo de políticas de juventud, con el objetivo de que los jóvenes alcancen su plena inserción social e independencia económica, es decir, intenta dar respuesta a las necesidades más prioritarias de las personas jóvenes. Pero en contraposición, es la juventud la que debe llevar al país a un mayor desarrollo y crecimiento económico, se ha dicho por activa y por pasiva que estamos ante la generación mejor preparada, donde las tecnologías de la información y la comunicación son su herramienta diaria, y que no tienen ningún problema para adaptarse con facilidad a los cambios continuos que se producen.  Por ello este presupuesto contaba con ellos, sabiendo que la inversión en políticas de juventud tendría rentabilidad para la sociedad, a corto y medio plazo.
            No ha sido posible aprobar el presupuesto, pero es necesario aplicar las políticas planteadas, pensando en un país moderno y avanzado. Sería bueno que este período,  hasta su aprobación definitiva, no fuera nada más que un paréntesis, para desarrollar más adelante todos los proyectos que se han quedado congelados.
            Si en algunos momentos se podría justificar el desencanto de los jóvenes hacia la política,  hoy no es posible hacerlo, estamos en un tiempo donde hay que decidir entre avanzar en políticas sociales, de igualdad, de investigación y ciencia, de empleo y especialmente en políticas de juventud o retroceder unas cuantas décadas.    

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