La mayoría de la sociedad
sabe que los presupuestos, que han sido rechazados, eran buenos para el país, y
no ha sido precisamente su contenido, el motivo del voto en contra de la
mayoría de los partidos que lo han hecho. Los presupuestos tenían un gran carácter
social, dando prioridad a los colectivos más desfavorecidos, y apostando por
una justa distribución de la riqueza. Pero si hay un colectivo que ha salido
perjudicado en este rechazo, por encima de los demás, ha sido sin duda el de
los jóvenes, bien es verdad que algunas de las medidas ya aprobadas y que se
podrán aplicar, beneficiarán mayoritariamente a la juventud, como es la subida
del Salario Mínimo Interprofesional a 900€.
Uno
de los problemas más importantes en España es la dificultad de emanciparse por
el encarecimiento de la vivienda, y en este
presupuesto se incorporaba una dotación de 137 millones para un parque público
de alquiler de 20.000 viviendas, a precios asequibles.
Eran muchas las partidas destinadas a mejorar la
inserción laboral de la juventud, concretamente, durante el presente año estaban
presupuestados 670 millones de euros para el Plan de choche por el empleo
joven, un plan que en el período 2019 – 2021 tendría una dotación
presupuestaria de 2.000 millones de euros, sin duda necesario para reducir el
desempleo juvenil.
Otra medida importante era la dotación de las becas,
incrementado en un 10% el presupuesto, con respecto al año anterior, hasta los
1620 millones de euros. Además se habilitaba a las comunidades autónomas para
reducir las tasas universitarias.
Pero además estas medidas concretas, claramente
destinadas a los jóvenes, el presupuesto planteaba como objetivo, ir avanzando hacia
el cambio de modelo productivo, para ello el presupuesto en educación, investigación e innovación estaba dotado de incremento
muy importante, y lógicamente un peso significativo, en estas partidas, lo tendrían
los nuevos científicos y sobre todo las jóvenes científicas, que deben ser las
verdaderas protagonistas de este cambio.
También en política deportiva este presupuesto hacía un
esfuerzo significativo, con una partida de 204 millones de euros, la mayor de
la historia.
Estábamos ante un presupuesto muy social, pero
especialmente encaminado al desarrollo de políticas de juventud, con el
objetivo de que los jóvenes alcancen su plena inserción social e independencia
económica, es decir, intenta dar respuesta a las necesidades más prioritarias
de las personas jóvenes. Pero en contraposición, es la juventud la que debe
llevar al país a un mayor desarrollo y crecimiento económico, se ha dicho por
activa y por pasiva que estamos ante la generación mejor preparada, donde las
tecnologías de la información y la comunicación son su herramienta diaria, y
que no tienen ningún problema para adaptarse con facilidad a los cambios
continuos que se producen. Por ello este presupuesto contaba con ellos, sabiendo que la
inversión en políticas de juventud tendría rentabilidad para la sociedad, a
corto y medio plazo.
No ha sido posible aprobar el presupuesto, pero es
necesario aplicar las políticas planteadas, pensando en un país moderno y avanzado.
Sería bueno que este período, hasta su
aprobación definitiva, no fuera nada más que un paréntesis, para desarrollar
más adelante todos los proyectos que se han quedado congelados.
Si en algunos momentos se podría justificar el desencanto
de los jóvenes hacia la política, hoy no
es posible hacerlo, estamos en un tiempo donde hay que decidir entre avanzar en
políticas sociales, de igualdad, de investigación y ciencia, de empleo y
especialmente en políticas de juventud o retroceder unas cuantas décadas.
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