lunes, 4 de febrero de 2019

FORMACIÓN PROFESIONAL: LA NECESIDAD DE POLÍTICAS DE IGUALDAD

Hace unos días, el Ministerio de Educación y Formación Profesional, publicaba la estadística del curso 2016/2017 sobre el alumnado matriculado en Formación Profesional reglada, detallando características y resultados académicos de los cerca de 800.000 alumnos y alumnas que lo cursan, en alguna de las tres modalidades: F.P. Básica, Grado Medio o Grado Superior. Unos datos que reflejan un ligero incremento de alumnado en los últimos años, especialmente en el Grado Superior.

En el informe se hace un pequeño análisis, y se apuntan algunas distorsiones que habría que subsanar, pero no se hacen propuestas para corregirlas. Seguramente la necesidad de implantar medidas, a favor de la igualdad es lo más urgente y necesario, ya que el alumnado de Formación Profesional se decanta por una u otra familia profesional en función de si la profesión concreta ha sido tradicionalmente desempeñada por mujeres o por hombres. Así, las familias relacionadas con Textil, Confección y Piel, y el sector servicios (Servicios Socioculturales y a la Comunidad, Imagen Personal, Sanidad) son, casi exclusivamente, cursadas por mujeres; mientras las Familias profesionales relacionadas con la industria, son de abrumadora mayoría masculina: Electricidad-Electrónica, Transporte y Mantenimiento de Vehículos, Instalación y Mantenimiento, y Fabricación Mecánica. Es algo que se repite año tras año, podríamos irnos varios cursos atrás y comprobaremos que prácticamente no hay variaciones en la estadística. Siendo ésto muy preocupante, no lo es menos que los ciclos formativos de familias profesionales más innovadoras, como informática y comunicaciones, también estén copadas en el 90% por hombres. 

La F.P. es clave en la transformación de la sociedad actual y de futuro, y la mujer no puede quedar al margen de la participación en el desarrollo industrial y tecnológico, es por lo que se hace necesario implantar políticas de igualdad. El diagnóstico en todos los informes que acompañan la estadística, año tras año, es el mismo (en ramas industriales, más del 90% del alumnado son hombres), pero las medidas propuestas, para equilibrarlo, ninguna. 

La Formación Profesional, especialmente la de Grado Superior, es una enseñanza cuyo prestigio entre las empresas, a las que acude obligatoriamente el alumnado, para realizar el módulo profesional de Formación en Centros de Trabajo (durante 3 meses, como parte de su formación académica), es muy elevado, de hecho, muchas empresas terminan contratando al alumno o alumna que ha realizado allí sus prácticas educativas. Incluso es de esperar que la nueva Formación Profesional Dual, que se está implantando, mejore la relación entre centro educativo y centro de trabajo, mejorando la inserción profesional, que ya es buena. 

La F.P es la enseñanza que puede y debe transformar el sistema productivo de nuestro país. Aunque la realidad es que en los últimos años, esta etapa educativa, ha estado olvidada, incluso aislada, al no adaptar las titulaciones de F.P. en España, al Marco Europeo de las Cualificaciones, como han hecho la mayoría de los países de la U.E., lo que dificulta la movilidad de los estudiantes. El desconocimiento ciudadano, de estas enseñanzas, hace que se difunda una imagen deteriorada de la realidad, y se considere una enseñanza de segundo nivel; percepción errónea. Lo cierto es que este alumnado es el que debe dar respuesta al necesario incremento productivo de nuestra sociedad, incluso se estima que en el 2020 la mitad de los puestos de trabajo que se creen en la Unión Europea serán ofertados para el alumnado de Formación Profesional. 

El Ministerio de Educación, por primera vez, incorpora en su nombre el de Formación Profesional, lo que crea confianza sobre la especial atención que se pretende dar a estas enseñanzas, y la perspectiva es aún mayor, en el tema que nos ocupa, por la especial sensibilidad que el Consejo de Ministros tiene sobre las políticas de igualdad. 

Es un tema que no se puede corregir de la noche a la mañana, pero hay que empezar a tomar medidas para incorporar a la mujer a la industria, y lo primero debe ser adaptar los talleres profesionales de los centros educativos, para chicos y chicas, empezando tanto por los aseos, como por los vestuarios. Es necesario además, informar e impartir formación específica en la ESO, sobre las profesiones relacionadas con la industria y el trabajo que en ellas se realiza, habría que valorar la implantación de una asignatura de iniciación profesional en secundaria, incrementar las campañas publicitarias donde se visualice a la mujer desempeñando trabajos en profesiones industriales, y fomentar cuantas medidas favorezcan su incorporación a los sectores industriales. Cierto es que también ayudaría, si el profesorado que imparte las asignaturas prácticas, en los talleres, hoy mayoritariamente hombres, fuera también paritario. 



Es imprescindible que la sociedad se acostumbre a ver chicas realizando instalaciones eléctricas, montando redes telemáticas, encargadas de talleres de automoción, manejando máquinas de control numérico o elaborando páginas web. El camino, ni es corto, ni es fácil, pero es absolutamente necesario.

PRESUPUESTOS: PENSAR EN EDUCACIÓN, CIENCIA E INNOVACIÓN O PENSAR EN ELECCIONES

Los presupuestos son un momento decisivo, para determinar, cada año, los apoyos que tiene el partido gobernante, incluso antes de que se presente el proyecto de presupuestos ya hay posicionamientos en contra. No es el análisis presupuestario lo que determina el voto, sino el rédito electoral que se consigue con la decisión de votar a favor o en contra.

En esta ocasión el Gobierno presenta un presupuesto expansivo, después de muchos años de recortes, un presupuesto verdaderamente inversor, y no exclusivamente en infraestructuras, que suben casi el 40%, también tiene una importante inversión en conocimiento, que es lo más valioso que puede tener un país. Si queremos un país próspero y no quedarnos fuera del progreso, las políticas de investigación, desarrollo e innovación deben tener un peso importante, para planificar de forma adecuada el futuro del país, a medio y largo plazo. El objetivo debe ser transformar la sociedad del ladrillo, en sociedad del conocimiento.

Es éste, un presupuesto en el que se produce un incremento del 8% en ciencia e innovación, un aumento del 21% en personal investigador, y una destacada subida en el capítulo de educación del 5,9%. Aun así, podría haber sido más expansivo, si no hubiera obligado, el veto del senado, a reducir el objetivo de déficit, del 1,8% al 1,3%; teniendo que reducir más de 6.000 millones de euros.

Acertaba Pedro Sánchez, cuando hace unos días, decía en Canarias, que quien no apoye los presupuestos, estará renunciando a mejoras en la calidad de vida de las personas, porque además del crecimiento en políticas educativas y de investigación, estos presupuestos presentan un gasto social del 57,3%, con relación al total del presupuesto, el mayor desde el año 2009. Con un incremento en dependencia del 59%.


Pero cuando los grupos parlamentarios tienen que tomar la decisión de votar a favor o en contra ¿están pensando verdaderamente en el bienestar de las personas, o piensan en forzar la convocatoria de elecciones?, la contestación no es difícil, en el caso de algunos partidos, como Ciudadanos y el PP, su único objetivo es que se convoquen elecciones cuanto antes, no les preocupa que estos presupuestos mejoren la calidad de vida de las personas, les preocupa que si se alarga la legislatura, les pueda ir peor electoralmente. Es poner delante de los intereses del país, los de su propio partido, esa es su prioridad, conseguir el poder a cualquier precio. 

Es cierto que el incremento de gasto, conlleva una subida de impuestos, pero son las grandes empresas y grandes fortunas las que soportarán en mayor medida este incremento, concretamente las empresas cuya cifra de negocios sea superior a 20 millones de euros, tendrán una tributación mínima del 15%, independiente de las bonificaciones que se puedan aplicar. A las fortunas superiores a 10 millones de euros se les incrementa un 1% en el Impuesto de Patrimonio. Las rentas mayores de 130.000 euros anuales tendrán una subida del IRPF, concretamente un incremento del marginal del 2% (del 45 al 47%) y para los que ganen más de 300.000 €, un 4% de incremento marginal, llegando al 49%. Además se crea un impuesto nuevo a las transacciones financieras, cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros. Es decir pagarán más quienes tienen más.

El único coste que tendrá para los bolsillos de la mayoría este presupuesto, será la subida del diésel, un incremento que excluye a los transportistas y agricultores; aun así, un incremento en el precio del gasoil de 20 céntimos por cada 100 km. recorridos, no es un coste excesivo, para unos presupuestos que además de tener un gran carácter social, marcan la tendencia hacia un país que apuesta por la investigación y el conocimiento. 

El verdadero crecimiento y desarrollo de la sociedad sólo se puede llevar a cabo con conocimiento, los países más avanzados son los que tienen un PIB en educación más elevado y normalmente coincide con los que invierten más en investigación, porque un país que tiene que importar conocimiento, genera un déficit mucho mayor que el económico.