lunes, 18 de agosto de 2014

La gestión de la herencia

El Gobierno del partido popular se está caracterizando por culpar de todo a la herencia recibida, y podría incluso parecer razonable durante el primer año, pero toda la legislatura parece excesivo, aun así cabría pensar que como no era buena esa herencia, terminarían su legislatura mejorando aquellos problemas en los que estaba incurso el país, especialmente el paro y la deuda que no hacía posible que hubiera un verdadero crecimiento económico.
Ya empezaron a despreciar las políticas sociales que se estaban llevando a cabo, con frases como que "la verdadera política social es la creación de empleo" (frase desafortunada, pero que al menos ayudaría a muchas familias, especialmente a aquellas en las que todos sus miembros estaban en paro, a que tuvieran un trabajo).
Pero la realidad es que la verdadera política social, esa que ayuda a los dependientes, que intenta una mayor igualdad entre todas las personas, la que pretende una generalización real de la educación y procura una sanidad verdaderamente universal; esta política que con sus defectos se disfrutaba cuando el PP entró en el gobierno, es la que cada día añoramos.
Dejarán una herencia bastante peor de la recibida, con menos médicos, menos camas de hospital, menos profesores, más alumnado en las aulas, menos ayudas a la dependencia, mayor desigualdad entre las personas,  menor gasto en investigación, pero lo que es más grave, su única política social, según lo que afirmaban (la creación de empleo), está provocando que los jóvenes con mayor cualificación se tengan que marchar de España. No sólo no ha decrecido el desempleo, sino que el escaso trabajo que se crea es mucho más precario, peor remunerando y con menores derechos laborales que el día que heredaron el gobierno.
Pero lo más grave de todo es que cada día hay más familias con todos sus miembros en el paro, y si muchos de ellos pueden subsistir es gracias a la caridad y a la ayuda de sus familiares, pero la insensibilidad llega hasta el punto de obviar que muchos niños y niñas están escasamente alimentados y que con una medida de escaso coste económico, como es la de mantener los comedores de los colegios abiertos en verano, hubieran podido paliar esta malnutrición que muchos están  sufriendo.

Seguramente no sería una magnífica herencia, aunque ya nos gustaría estar en la misma situación que en las fechas en que se produjo su toma de posesión. Pero claro, hay que recordar, según sus propias afirmaciones, que el problema era de credibilidad y confianza en el gobierno y que una vez producido el cambio, este sería el punto de inflexión para la solución de todos los males que nos aquejaban. Resultó que los milagros no se producen a gusto del consumidor y es necesario que se pongan a trabajar a favor de los más desfavorecidos  y que cambien esta política de asfixia por otra de mayor justicia social, haciendo que la mayor parte de la carga la soporten los que están siendo más beneficiados por las políticas del PP, es decir grandes empresas y grandes fortunas.